EL TIEMPO, ¿EXISTE?
Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico.
Los humanos experimentamos el tiempo de
forma muy tangible, para nosotros el tiempo se mueve en una única dirección, desde el pasado hacia el futuro,
y lo llamamos flecha del tiempo. Despiertos,
dormidos, anestesiados, en estado de coma, el tiempo transcurre indetenible,
nuestros cabellos y uñas crecen y lentamente envejecemos. Cuando despertamos
comprobamos que el reloj ha contado las horas igual que los calendarios los días.
Si alguien intentara convencernos de que el tiempo no existe, que es una
ilusión, lo consideraríamos un escapista que niega la realidad.
Sin embargo el tiempo no parece ser tan concreto
y real como imaginamos. Grandes genios de la humanidad, mentes brillantes como
las de Einstein, nos han demostrado la relatividad del tiempo.
La teoría de la relatividad de Einstein sostiene
que el tiempo es relativo y que depende de la velocidad en que el observador del,
«tiempo relativo», se mueve en el espacio,
por lo que el tiempo que experimentamos depende de factores que forman una
unidad indivisible formada por «tiempo-espacio-movimiento»,
que es la forma en que se manifiesta nuestra realidad, también relativa.
Al parecer, esta «realidad-relativa» se convierte en la matriz
donde surgen todos los fenómenos de la existencia, incluidas la materia en
diversidad de estados y escalas, desde la más densa hasta la más sutil. Todo lo
manifiesto es tan relativo como el tiempo-espacio-movimiento. No se trata de
universos caóticos, estas realidades relativas
está sujeta a principios o leyes universales.
Las tradiciones místicas de diversas
religiones consideran que el universo es una Gran Ilusión, que todo es maya, espejismo. Los antiguos filósofos nos dicen
que māyā es la ilusión del tiempo. Los budistas llaman a la ilusión del
tiempo la rueda del samsara.
En todas las culturas encontramos filosofías sobre el tiempo. El ser humano intuye que en su interior habita la eternidad, y
que el tiempo no le afecta, que somos espíritu viajando por estas zonas, estas
dimensiones temporales. Una verdad
trascendente resuena en nuestro interior, nos sentimos inmortales.
En la biblia se nos dice que el «tiempo de Dios es perfecto». Dios es el creador
del tiempo, porque Dios es el Absoluto, la Eternidad, el Verbo de donde nacen
todos los sonidos, vibraciones que dan lugar a la creación, « Dios, tiempo perfecto».
El hermetismo nos habla sobre la Ley del
Mentalismo, enseñando que Todo es Mente, que el Universo es Mental. Otras leyes
del hermetismo enseñan que todo vibra y que todo se corresponde dentro de esta Gran Mente, la Mente de Dios.
Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo
suizo, se refirió al tiempo como «espacio-tiempo-mente»,
concibiendo su teoría sobre la «sincronicidad»,
en la que explica la relación de los
eventos que tienen lugar en el destino y muchos otros fenómenos telepáticos asociados a la precepción extrasensorial, la precognición
y la clarividencia.
Jung consideró que la sincronicidad es
una relatividad dada en el tiempo y el espacio psíquicamente condicionados,
donde el pasado y el futuro se precipitan en forma de campos de atracción entre
personas y sucesos. Tarotistas y Astrólogos estudiamos estos fenómenos.
Todo indica que el tiempo, esotéricamente
concebido es ESPÍRITU
MANIFIESTO como «MENTE-VIBRACIÓN-TIEMPO-ESPACIO-MOVIMIENTO», matriz
que gesta la DANZA COSMICA DE LA VIDA. Fundamento
de la Magia Ceremonial.
Cuando estudiamos el karma, cósmico y humano, estudiamos los fenómenos
de sincronicidad en el tiempo regidos por la Ley de Causa y efecto. En
astrología estudiamos a Saturno como Cronos
el señor del tiempo, el señor del karma y maestro en nuestra cadena terrestre,
regente de la Ley de Causa y Efecto. En las ruedas mayores exciten otros
regentes del otras manifestaciones del tiempo, otros Saturno, por así decirlo. Custodio de los vientres/ruedas, «Como es
arriba es abajo».
Aunque relativo, el tiempo existe y es una realidad dentro de los campos o dimensiones llamadas a la existencia.
Negar la existencia del tiempo en nuestro mundo es negar las leyes que lo han
creado y negar al Creador. Sabemos que es
relativo, pero existe, y su manifestación, relativa, cumple un propósito en la
Creación, la cual NO ha terminado, porque el AMOR
DIVINO, continúa en ella su PLAN, LA
CORPORIFICACIÓN DE SU ETERNIDAD. Un misterio que el corazón del hombre
conoce, porque es su destino.
Dios se ha manifestado y la evolución cíclica-espiral, las reencarnaciones del
alma humana y cósmica, las rondas, eones, kalpas, manvantarás y pralayas, son
realidades en el devenir. El tiempo no tiene
existencia absoluta, porque lo absoluto es Dios. Cada mundo tiene su propio
tiempo, relativo a su Ley y su necesidad en la escala evolutiva, mundos que
surgen de la expansión de la Eternidad y creación sin fin.
LA ETERNIDAD ES DIOS, EL
TIEMPO ES SU AMOR EXPRESADO EN EL DEVENIR, y cada mundo lo percibe de acuerdo a
su evolución alcanzada.
Cada mundo, cada rueda, círculos dentro
de círculos, todos están unidos por la Eternidad, la
realidad absoluta que le manifiesta y sostiene. El centro de cada rueda es
atemporal, sus periferias forman el tiempo particular que su ecuación demanda. Dios,
igual que el Centro, está en todas Partes.
Los humanos somos seres multidimensionales, nuestros cuerpos sutiles son
tan reales como nuestros cuerpos físicos. Simultáneamente existimos en
diferentes dimensiones, diferentes mundo donde la «MENTE-VIBRACIÓN-TIEMPO-ESPACIO-MOVIMIENTO» que se
manifiestan de forma diferente pero cuya raíz es la MENTE UNA.
Somos pirámides
vivientes, hijos de Dios, del Absoluto que nos habita. Somos viajeros en
el tiempo y al mismo tiempo en Dios permanecemos.
Las ruedas donde encarnamos, entidades individuales, planetarias y cósmicas son
nuestras temporales aulas de Consciencia. Todo existe en el ETERNO AHORA, portal de todas las realidades.
Hablamos del presente como si pudiéramos conocerle con la mente concreta, pero el
presente es desconocido en nuestra dimensión humana, él es el punto sin
dimensiones en el Centro de cada círculo hechos de pasado y futuro,
karma/evolución. Solo en el vacío de la mente florecen los portales que
conducen al presente.
Se ha puesto de moda afirmar que el
Tiempo no existe, esta verdad científica se está volviendo
peligrosa, y sutilmente puede conducirnos hacia el materialismo, porque
equivale a declarar que todo es mentira, que habitamos un mundo de fantasía y
engaño, donde Dios nunca se ha manifestado en serio, que su creación es efímera.
La ciencia no nos ha dicho que el tiempo
no existe, nos ha dicho que es relativo, que apenas lo estudia en las
profundidades de la materia. Lo que sucede es que la ciencia acaba de
desembarcar con sus laboratorios en las playas, fronteras entre la materia y el
espíritu, falta mucho que descubrir, estamos
comenzando la exploración de un mundo nuevo, donde invisible no significa
inexistente. Hay mucho que ver y descubrir.
Un propósito desconocido rige la
manifestación de los Universos. Este propósito es conocido por la Consciencias Maestras, los Grandes Seres Cósmicos.
Ellos nos anuncian que existe un PLAN DE LUZ Y DE
AMOR. Esta verdad late en nuestro interior, en ella meditamos y a ella
despertamos. DIOS ES AMOR.
De espejismo en espejismos trepamos la
montaña de la ultima realidad, para descubrir al final que esta realidad la
llevamos dentro, que ella se expande con la Creación. Somos
entidades espirituales eternas, viajeros en la barca del tiempo DONDE DIOS CREA SU EDÉN.
EL
CREADOR HABITA SU CREACIÓN.
CONFIEMOS
EN LA MENTE UNIVERSAL COREOGRAFÍA DE TODA LA EXISTENCIA.
EL
TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO.
INVISIBLE,
OMNISCIENTE, OMNIPRESENTE Y OMNIPOTENTE
DIOS
EXISTE, Y SU CREACIÓN ES REAL.
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