viernes, 2 de mayo de 2014

EL TIEMPO, ¿EXISTE?



EL TIEMPO, ¿EXISTE?
Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico.

Los humanos experimentamos el tiempo de forma muy tangible, para nosotros el tiempo se mueve en una única dirección, desde el pasado hacia el futuro, y lo llamamos flecha del tiempo. Despiertos, dormidos, anestesiados, en estado de coma, el tiempo transcurre indetenible, nuestros cabellos y uñas crecen y lentamente envejecemos. Cuando despertamos comprobamos que el reloj ha contado las horas igual que los calendarios los días. Si alguien intentara convencernos de que el tiempo no existe, que es una ilusión, lo consideraríamos un escapista que niega la realidad.

Sin embargo el tiempo no parece ser tan concreto y real como imaginamos. Grandes genios de la humanidad, mentes brillantes como las de Einstein, nos han demostrado la relatividad del tiempo.

La teoría de la relatividad de Einstein sostiene que el tiempo es relativo y que depende de la velocidad en que el observador del, «tiempo relativo», se mueve en el espacio, por lo que el tiempo que experimentamos depende de factores que forman una unidad indivisible formada por «tiempo-espacio-movimiento», que es la forma en que se manifiesta nuestra realidad, también relativa. 

Al parecer, esta «realidad-relativa» se convierte en la matriz donde surgen todos los fenómenos de la existencia, incluidas la materia en diversidad de estados y escalas, desde la más densa hasta la más sutil. Todo lo manifiesto es tan relativo como el tiempo-espacio-movimiento. No se trata de universos caóticos, estas realidades  relativas está sujeta a principios o leyes universales.

Las tradiciones místicas de diversas religiones consideran que el universo es una Gran Ilusión, que todo es maya, espejismo. Los antiguos filósofos nos dicen que māyā es la ilusión del tiempo. Los budistas llaman a la ilusión del tiempo la rueda del samsara.

En todas las culturas encontramos  filosofías sobre el tiempo. El ser humano intuye que en su interior habita la eternidad, y que el tiempo no le afecta, que somos espíritu viajando por estas zonas, estas dimensiones temporales.  Una verdad trascendente resuena en nuestro interior, nos sentimos inmortales.

En la biblia se nos dice que el «tiempo de Dios es perfecto». Dios es el creador del tiempo, porque Dios es el Absoluto, la Eternidad, el Verbo de donde nacen todos los sonidos, vibraciones que dan lugar a la creación, « Dios, tiempo perfecto».

El hermetismo nos habla sobre la Ley del Mentalismo, enseñando que Todo es Mente, que el Universo es Mental. Otras leyes del hermetismo enseñan que todo vibra y que todo se corresponde dentro de esta Gran Mente, la Mente de Dios.

Carl Gustav Jung, psiquiatra y psicólogo suizo,  se refirió al tiempo como «espacio-tiempo-mente», concibiendo su teoría sobre la  «sincronicidad», en  la que explica la relación de los eventos que tienen lugar en el destino y muchos otros fenómenos telepáticos asociados a la precepción extrasensorial, la precognición y la  clarividencia.
 
Jung consideró que la sincronicidad es una relatividad dada en el tiempo y el espacio psíquicamente condicionados, donde el pasado y el futuro se precipitan en forma de campos de atracción entre personas y sucesos. Tarotistas y Astrólogos estudiamos estos fenómenos.

Todo indica que el tiempo, esotéricamente concebido es  ESPÍRITU MANIFIESTO como  «MENTE-VIBRACIÓN-TIEMPO-ESPACIO-MOVIMIENTO», matriz que gesta la DANZA COSMICA DE LA VIDA. Fundamento de la Magia Ceremonial.

Cuando estudiamos el karma, cósmico y humano, estudiamos los fenómenos de sincronicidad en el tiempo regidos por la Ley de Causa y efecto. En astrología estudiamos a Saturno como Cronos el señor del tiempo, el señor del karma y maestro en nuestra cadena terrestre, regente de la Ley de Causa y Efecto. En las ruedas mayores exciten otros regentes del otras manifestaciones del tiempo, otros Saturno, por así decirlo.  Custodio de los vientres/ruedas, «Como es arriba es abajo».

Aunque relativo, el tiempo existe y es una realidad dentro de los  campos o dimensiones llamadas a la existencia. Negar la existencia del tiempo en nuestro mundo es negar las leyes que lo han creado y negar al Creador. Sabemos que es relativo, pero existe, y su manifestación, relativa, cumple un propósito en la Creación, la cual NO ha terminado, porque el AMOR DIVINO, continúa en ella su PLAN, LA CORPORIFICACIÓN DE SU ETERNIDAD. Un misterio que el corazón del hombre conoce, porque es su destino.

Dios se ha manifestado y la evolución cíclica-espiral, las reencarnaciones del alma humana y cósmica, las rondas, eones, kalpas, manvantarás y pralayas, son realidades en el devenir. El tiempo no tiene existencia absoluta, porque lo absoluto es Dios. Cada mundo tiene su propio tiempo, relativo a su Ley y su necesidad en la escala evolutiva, mundos que surgen de la expansión de la Eternidad y creación sin fin.

LA ETERNIDAD ES DIOS, EL TIEMPO ES SU AMOR EXPRESADO EN EL DEVENIR, y cada mundo lo percibe de acuerdo a su evolución alcanzada.

Cada mundo, cada rueda, círculos dentro de círculos, todos están unidos por la Eternidad, la realidad absoluta que le manifiesta y sostiene. El centro de cada rueda es atemporal, sus periferias forman el tiempo particular que su ecuación demanda. Dios, igual que el Centro, está en todas Partes.

Los humanos somos seres multidimensionales, nuestros cuerpos sutiles son tan reales como nuestros cuerpos físicos. Simultáneamente existimos en diferentes dimensiones, diferentes mundo donde la     «MENTE-VIBRACIÓN-TIEMPO-ESPACIO-MOVIMIENTO» que se manifiestan de forma diferente pero cuya raíz es la MENTE UNA.

Somos pirámides vivientes, hijos de Dios, del Absoluto que nos habita. Somos viajeros en el tiempo y al mismo tiempo en Dios permanecemos. Las ruedas donde encarnamos, entidades individuales, planetarias y cósmicas son nuestras temporales aulas de Consciencia. Todo existe en el ETERNO AHORA, portal de todas las realidades. Hablamos del presente como si pudiéramos conocerle con la mente concreta, pero el presente es desconocido en nuestra dimensión humana, él es el punto sin dimensiones en el Centro de cada círculo hechos de pasado y futuro, karma/evolución. Solo en el vacío de la mente florecen los portales que conducen al presente. 

Se ha puesto de moda afirmar que el Tiempo no existe, esta verdad científica se está volviendo peligrosa, y sutilmente puede conducirnos hacia el materialismo, porque equivale a declarar que todo es mentira, que habitamos un mundo de fantasía y engaño, donde Dios nunca se ha manifestado en serio, que su creación es efímera.

La ciencia no nos ha dicho que el tiempo no existe, nos ha dicho que es relativo, que apenas lo estudia en las profundidades de la materia. Lo que sucede es que la ciencia acaba de desembarcar con sus laboratorios en las playas, fronteras entre la materia y el espíritu, falta mucho que descubrir, estamos comenzando la exploración de un mundo nuevo, donde invisible no significa inexistente. Hay mucho que ver y descubrir.

Un propósito desconocido rige la manifestación de los Universos. Este propósito es conocido por la Consciencias Maestras, los Grandes Seres Cósmicos. Ellos nos anuncian que existe un PLAN DE LUZ Y DE AMOR. Esta verdad late en nuestro interior, en ella meditamos y a ella despertamos. DIOS ES AMOR.  

De espejismo en espejismos trepamos la montaña de la ultima realidad, para descubrir al final que esta realidad la llevamos dentro, que ella se expande con la Creación. Somos entidades espirituales eternas, viajeros en la barca del tiempo DONDE DIOS CREA SU EDÉN.

EL CREADOR HABITA SU CREACIÓN.
CONFIEMOS EN LA MENTE UNIVERSAL COREOGRAFÍA DE TODA LA EXISTENCIA.
EL TIEMPO DE DIOS ES PERFECTO.
INVISIBLE, OMNISCIENTE, OMNIPRESENTE Y OMNIPOTENTE
DIOS EXISTE, Y SU CREACIÓN ES REAL.